¡Habla, pueblo, habla!
Hay veces que un grupo de personas habla como una sola voz; entonces no es necesario hablar más veces. En otros casos las conversaciones se alargan. Para intentar convencernos unos a otros, hablamos, repetimos y argumentamos hasta la saciedad. Entonces no es infrecuente que, incluso, vayamos modificando nuestro criterio por influencia de los unos y…