Hay quien tiene la costumbre de considerar “locos” a quienes hacen cosas que ellos no harían.
Me han tomado por “loca” muchas veces.
Hoy me lo he llamado yo, al sorprenderme hablando con las flores.
Tenía que agradecerles que, a pesar de mi ausencia, se hubiesen vestido de colores para mi, y que desplegaran su fragancia a la entrada de mi casa.
Tenía que conseguir que, cuando yo acabara con las largas horas de la jornadas y ellas conmigo, todas las flores estarían allí, con sus vivos colores y su aroma a primavera, para darme la bienvenida a mi casa.
Y les hablé, para decírselo.
Si todos habláramos más… Y sobre todo supiéramos dar las gracias por los pequeños detalles…