Porque se van quedando tantas cosas
presas en el silencio,
accede a que me siente en sus rodillas
y te cuente, con calma, lo que pasa.
Déjame que te mire recordando
el tiempo que fundió nuestras miradas.
Permíteme que coja, sútilmente,
la mano que agarré tantas mañanas
al despertar, sin fuerzas para verme
de nuevo andando, entre las mismas caras.
Consiente que me sienta, nuevamente,
cómoda en tu regazo, y atrapada
por palabras ardientes que inspiraron mi andar,
cuando me ví cansada.
Déjame que te diga que me importa
más la gente que el tiempo que se gasta,
y pretendo, si tú no me lo impides,
trabajar con mis manos tu argamasa.
Admite que me duela y me confunda.
Déjame que me encuentre y que me vaya.
Escucha si te digo y te repito
lo que quizá tantas veces escucharas.
Déjame que te pida que te pares,
para perder el tiempo y las palabras.
Déjame que sacuda los recuerdos
para hacer que resurja la esperanza.
Me encanta Nohemi. Llega fácilmente. Bien.
Tu mirada profunda, siempre invita a un dialogo, generoso. Enhorabuena