Mudanza

Ayer os decía que pensar mi vida a veces me hace verla como una continua mudanza.

Hoy compruebo que lo bueno de las mudanzas es que tienen un destino. Un mudanza nunca es una huida, ni una escapada. No hace falta un peligro para mudarse. Tampoco hacerlo con sigilio. Una mudanza no debe ser nunca una fuga. Mudarse, como amar, es un acto de la voluntad. No admite imperativos.

Mudarse es llevar lo imprescindible a la siguiente etapa. Y asentarlo para que, dure lo que dure, los recuerdos y las ilusiones, convivan en un nuevo hogar.

Así me mudé yo, con la ayuda imprescindible de ThePimpo, al nuevo hogar de mis palabras. La escritura y yo ahora residimos en  «ponte A escribir».  Como imprescindibles lectores que sois, decidí traeros conmigo.

Bienmudados conmigo a vuestra nueva casa.

4 comentarios

  1. Genial y auténtica! !! Siempre ves el lado positivo de las cosas. Un Don en peligro de extinción en estos tiempos. Un beso!!!

  2. Gracias por invitarme a tu nuevo hogar de las palabras y por poder compartir el código de las ideas, de los sueños y anhelos, de las profundas y sinceras reflexiones que encierran todas ellas.
    Un fuerte abrazo.

  3. ¡Gracias! Aunque hay veces que no s la voluntad de uno la que hace la mudanza sí que es cierto que uno decide la actitud.

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